Meditación es aventura, la aventura más grande que pueda emprender la mente humana. Meditación es ser, simplemente, sin hacer nada, sin acción, sin pensamiento, sin emoción. Simplemente, eres y es un deleite puro. ¿De dónde viene este deleite cuando no estás haciendo nada? No viene de ninguna parte, o viene de todas partes. Es sin causa, porque la existencia está hecha de una sustancia llamada deleite.
Cuando no estás haciendo nada en absoluto, corporalmente, mentalmente, ni a ningún nivel, cuando paró toda actividad y solamente eres, eso es meditación. No puedes hacerlo, no puedes practicarlo, solamente tienes que entenderlo. Siempre que puedas encontrar un tiempo para ser, simplemente, deja el hacer. Pensar también es hacer, concentrarse también es hacer, contemplar también es hacer. Incluso si por un momento dejas de hacer y solamente te quedas en tu centro, totalmente relajado, eso es meditación. Y una vez que le hayas encontrado el truco, puedes quedarte en ese estado todo el tiempo que quieras; al final, vas a poder quedarte en ese estado las 24 horas.
Una vez que te des cuenta la forma en que tu ser puede quedarse imperturbable, entonces de a poco, puedes empezar a hacer cosas, manteniéndote alerta de que tu ser no se agite. Esa es la segunda parte de la meditación; primero, aprender a ser, y después aprender con pequeñas actividades; limpiando el piso, dándote una ducha, pero manteniéndote centrado. Después, puedes hacer cosas más complicadas. Por ejemplo, ahora te estoy hablando, pero mi meditación no se perturba. Puedo seguir hablando, pero en mi centro no corre siquiera una brisa; hay silencio nada más... Silencio absoluto.
Entonces la meditación no está en contra de la acción. No es que te tengas que escapar de la vida. Solamente te enseña una nueva forma de vida: Te vuelves el centro del ciclón.
Osho
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