MÚSICA

miércoles, 10 de junio de 2009

OSHOAKEED

El amor es un río que fluye sin fin
Una relación significa algo completo, acabado, cerrado. El amor jamás es una relación; el amor es una unión. Siempre es un río que fluye sin fin. El amor no conoce un freno completo; la luna de miel empieza pero nunca acaba.
No es como una novela que comienza en determinado punto y termina en determinado punto. Se trata de un fenómeno en curso. Los amantes terminan, el amor prosigue. Es algo continuo. Es un verbo, no un sustantivo. ¿Y por qué reducimos la belleza de la unión a la relación? ¿Por qué tenemos tanta prisa? Porque unirse es inseguro y la relación es una seguridad, la relación posee una certeza. Unirse es el simple encuentro de dos desconocidos, quizá algo que dura una noche para despedimos por la mañana. ¿Sabemos qué va a pasar mañana? Y tenemos tanto miedo que queremos convertirlo en una certidumbre, queremos que sea predecible. Nos gustaría que el mañana estuviera de acuerdo con nuestras ideas; no le brindamos libertad para que se exprese como es. De modo que de inmediato reducimos cada verbo a sustantivo.
Están enamorados de un hombre o una mujer y de inmediato empiezan a pensar en casarse. En hacer que sea un contrato legal. ¿Por qué? ¿Cómo es que la ley entra en el amor? Lo hace porque el amor no está presente. Solo se trata de una fantasía y saben que la fantasía desaparecerá. Pero antes de que desaparezca, se asientan; antes de que desaparezca, hacen algo para que sea imposible de separar.
En un mundo mejor, con personas más meditativas, con un poco más de iluminación en la Tierra, la gente amaría, amaría inmensamente, pero su amor seguiría siendo una unión, no una relación. Y no digo que ese amor llegará a ser únicamente momentáneo. Existen todas las posibilidades de que ese amor sea más profundo que el suyo, que posea una cualidad más elevada de intimidad, que tenga más poesía y más de Dios en él. Y existe toda la posibilidad de que ese amor dure más de lo que su así llamada relación pueda llegar a durar jamás. Pero no lo garantizaría la ley, ni los tribunales ni la policía.
La garantía sería interior. Sería un compromiso desde el corazón, una comunión silenciosa.
Osho

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